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jueves, 27 de agosto de 2015

Matera y los sassi


En un profundo barranco atravesado por un torrente se alzan antiquísimas viviendas excavadas en la toba volcánica. Tejados que sirven de suelos a nuevas viviendas en niveles superiores, con una densa red de callejones es el casco histórico de Matera, ciudad de la región Basilicata del sur de Italia cuyas iglesias rupestres famosísimos sassi (peculiares formas de asentamiento excavadas en la roca) han sido incluidas en 1993 en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En los años 50 la gente que habitaban las grutas fueron trasladadas a los barrios modernos para permitir llevar a cabo los complicados trabajos de restauración que devolvió a los sassi su belleza original.


La zona estaba ya habitada en el Paleolítico, momento en el que se establecieron los primeros asentamientos en las grutas de la montaña. El ecosistema humano, perfectamente integrado en el ambiente natural circunstante, se ha perpetuado a lo largo de los siglos adaptándose a los distintos períodos históricos: desde las primeras viviendas subterráneas, hasta las sofisticadas estructuras urbanas sucesivas, construidas con material proveniente de las excavaciones. 




Entre las zonas más antiguas e importantes destaca el barrio Civita, con su catedral románica, es una fortaleza natural situada en el corazón de la ciudad antigua y constituye, junto con las dos hondonadas del Sasso Barisano y de Sasso Caveoso, la parte más fascinante de la “ciudad de piedra”.




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